Entrevista al osteópata Aarón García
Sus inicios como osteópata
Aarón García siempre tuvo claro que quería dedicarse al mundo del deporte y al cuidado personal. De hecho, su decisión de dedicarse a la osteopatía estuvo marcada por experiencias familiares y personales. Cuando era adolescente se fracturó el codo y, al mismo tiempo, su padre sufría una lumbalgia que ningún fisioterapeuta lograba aliviar por completo. Fue entonces cuando conocieron a un osteópata que consiguió resultados extraordinarios. Ese ejemplo le inspiró para seguir sus pasos y formarse en la academia que ese mismo osteópata estudió.
Diferencias entre fisioterapia y osteopatía
Según nos explica este profesional, la osteopatía y la fisioterapia parten de una misma base académica, pero se diferencian en el enfoque del tratamiento.
- La fisioterapia suele apoyarse más en maquinaria de recuperación: electroestimulación, ultra sonido, láser, etc.
- La osteopatía, en cambio, prioriza el tratamiento manual y profundiza en áreas como la biomecánica, la quiropraxia, las caneas musculares, además de la especialización en terapia craneal y visceral.
En palabras del propio osteópata Aarón García: “Aunque estudiamos lo mismo, cada profesional es muy diferente. Lo importante es encontrar el enfoque que mejor ayude al paciente”.
Recuperación de pacientes deportistas vs. no deportistas
En la consulta de este terapeuta llegan dos perfiles de pacientes muy diferentes:
- Dolores localizados: problemas concretos y recientes, que suelen ser más fáciles de abordar.
- Molestias de larga evolución: dolencias acumuladas durante años, a menudo relacionadas con la falta de autocuidado o malos hábitos posturales.
Ahora bien, en ambos casos existe una diferencia clave entre quienes practican deporte y quienes no: los deportistas tienden a recuperarse mucho más rápido. Esto se debe a que su cuerpo está más preparado físicamente y acostumbrado al trabajo constante, lo que facilita los procesos de recuperación.
Historias que inspiran
La pasión por el deporte
Entre las personas que acuden a su consulta, el osteópata Aarón García nos subraya con énfasis el caso de un ciclista profesional de 17 años cuya carrera deportiva dio un giro inesperado al diagnosticarle un tumor en el hemisferio izquierdo del cerebro. Pero fue el superar el cáncer lo que motivó a este deportista a esforzarse más para llegar a dedicarse al ciclismo de manera profesional.
Su esfuerzo dio frutos y llegó a ser fichado durante tres años consecutivos por un club profesional, renovando contrato hasta 2025, año en el que se dieron cuenta de que el tumor había resurgido. Tras someterse a ocho operaciones, las secuelas neuromusculares le impidieron seguir compitiendo al más alto nivel. Pero lejos de rendirse, este joven ha decidido transformar su pasión en una nueva etapa vital entrenando a ciclistas que quieren llegar al profesionalismo, transmitiendo su experiencia y su amor por el deporte.
Para Aarón, estas historias de superación son lo que más enriquecen su profesión:
“Lo que te llevas son las historias personales de cada paciente, su lucha y su manera de enfrentarse a la vida”.
La superación tras un ictus
Uno de los mayores retos en la consulta de este especialista son los pacientes que han sufrido un ictus cerebral. Se trata de procesos largos y duros, en los que la constancia es fundamental para avanzar. En muchos casos, estos pacientes llegan con una fuerte sensación de impotencia. Piensan que su cuerpo ya no responderá como antes, que no podrán recuperar la movilidad o que nunca volverán a realizar tareas básicas con normalidad. Aarón insiste en que, aunque el camino es difícil, con un trabajo constante y bien dirigido se logran mejoras reales y significativas.
“A veces el propio paciente piensa que no podrá salir adelante, pero si sigue trabajando con constancia, los avances llegan. Nunca puedes darte por vencido, porque siempre hay margen de mejora”, afirma Aarón.
El poder de evitar operaciones
Muchos pacientes llegan a la consulta del osteópata Aarón García después de que los médicos les hayan recomendado pasar por el quirófano. En algunos casos, el diagnóstico tradicional apunta a que “no hay otra solución”, pero a través de la osteopatía han conseguido resultados sorprendentes.
Casos como la patología del túnel carpiano, lesiones relacionada con el manguito de los rotadores del hombro o protusiones y deshidratación en discos vertebrales, que parecían inevitables de tratar con cirugía, han encontrado alivio gracias a un enfoque manual, personalizado y respetuoso con los tiempos del cuerpo.
Valores de Aarón García como osteópata
- Paciencia, constancia y positivismo: tres pilares que aplica tanto a sus pacientes como a su vida personal.
- Aprendizaje constante: sigue formándose cada día a través de páginas de anatomía, osteopatía y cirugía.
- Empatía: siempre busca ponerse en el lugar del paciente.
La visión del paciente
Sus pacientes valoran especialmente la dedicación con la que trabaja. Muchos aseguran que salen de la consulta con la sensación de que Aarón les ha hecho más de lo que esperaban. Esa cercanía y esfuerzo es lo que le diferencia de muchos profesionales que comparten su profesión.
La importancia del autocuidado
Para nuestro entrevistado el autocuidado debería enseñarse desde los colegios. Cosas simples como estiramientos diarios, ejercicios de movilidad o el uso de una pelota de tenis para masajear la espalda pueden prevenir gran parte de las dolencias más comunes.
Hacer deporte es una manera fantástica de desarrollar las capacidades físicas, pero eso no significa que sea autocuidado. El autocuidado está en los pequeños gestos que rodean al entrenamiento: tomarse un tiempo para calentar antes de empezar, y también para recuperar después con estiramientos, contrastes de frío y calor o incluso automasajes. Son rutinas sencillas, pero marcan la diferencia entre solo hacer ejercicio o realmente cuidar de tu cuerpo.
«Autocuidado es dedicar un rato a tu cuerpo cada día, escuchar como responde y trabajar la conciencia corporal»
Reflexiones finales
Para este profesional de la osteopatía, el mayor aprendizaje que le ha dado su profesión y el deporte es que la verdadera clave del éxito está en la constancia. No se trata de competir por ser el mejor, sino de superarse a uno mismo cada día, aprender de los errores y levantarse con la determinación de seguir adelante.
En sus propias palabras, la diferencia no siempre la marca el talento natural o la genética, sino la disciplina en los pequeños detalles diarios: dedicar tiempo al autocuidado, escuchar al cuerpo, mantener la ilusión y no rendirse cuando aparecen las dificultades.
“La constancia puede llegar mucho más lejos que la genética. Al final, lo que de verdad marca la diferencia son los hábitos que repites cada día y la capacidad de levantarte con ilusión para seguir luchando por lo que amas”.



